Hoy me gustaría reflexionar sobre el valor de la vida, sin antes detenerme en esas situaciones complicadas que parecen opacar y debilitar nuestra actitud de valoración a la propia existencia.
Creo firmemente que las situaciones dificiles en la vida nos hacen mas fuertes y valientes, producen en nosotros una renovación tal que todo a nuestro alrededor es visto de otra forma, a través de un prisma de diferente color. Al pasar por momentos de profunda tristeza y desolación, de esos en los que la más completa oscuridad nos acompaña, donde nada tiene sentido ni aún el propio existir, donde todo parece perdido y que nada tiene solución… Todo se ve tan negativo, tan teñido de gris, personas que nos critican, que nos comparan, nos rebajan y subestiman, no somos nada valioso para nadie, o así lo entendemos. Lloramos, sufrimos en soledad, nuestro corazón se desgarra en la más profunda desesperación, y nuestro cuerpo se va consumiendo a la par de nuestra mente y nuestra alma. Y en el momento que tocamos fondo, tomamos conciencia que en realidad nunca estuvimos solos, porque esa voz en nuestro interior que nos decía que vivimos para algo, que somos valiosos, y que nuestra existencia tiene una misión única, era Dios. El Señor nos acompañaba en cada momento, y se presentaba en esas personas que nos daban un cálido abrazo, que nos reconfortaban con sus palabras de aliento o en esos momentos en los que no tomabamos el valor para hacernos daño porque sabíamos que algo nos detenía. Era el Amor de Dios, nuestro Padre.
Logramos atravesar esas situaciones y nos recuperarnos con la ayuda de Dios, de la medicina, familia, amigos y demás (porque Dios utiliza también a los profesionales de la salud y a las personas a nuestro alrededor para obrar en nosotros). Luego de vencer esos momentos, que hasta pueden ser de años de duración, notamos que han dejado una huella en nosotros, en nuestro interior mas profundo, en lo mas hondo de nuestro ser. Luego de la tormenta más oscura van apareciendo los primeros destellos de luz hasta poder deslumbrar el radiante sol en nuestras vidas. Lo podemos ver manifestado en la finalización de nuestros estudios académicos, conocer a esa persona especial que se convirtió en nuestra pareja en el camino de la vida, encontrar personas maravillosas a las que podemos llamar amigos, poder trabajar, comer, beber, ser capaces de salir, de viajar en transporte público, de movilizarnos por nuestros propios medios. Y también en la naturaleza, apreciar la belleza del canto de los pájaros al amanecer, el cielo con sus tonalidades perfectamente difuminados en hermosos atardeceres mágicos, esa brisa fresca luego de un día caluroso, esas noches de verano donde se respira el aroma del jardín húmedo luego de una llovizna fresca y renovadora, la sonrisa de los niños…
Situaciones cotidianas que pasan desapercibidas con facilidad, ensimismados en la voragine de una vida llena de actividades y compromisos. Vida autómata, donde parecemos robots que producen solamente. Dormir, comer, trabajar, viajar de regreso, y el ciclo se repite sin fin. Con un breve lapso de vacaciones, si es que nuestra mente puede descansar de esa agitación acumulada. Stress, nerviosismo, ansiedad, palabras que han llenado nuestro vocabulario moderno hoy en día. Y creo que la solución está en detenernos en algún momento a apreciar, realmente valorar y dar gracias a Dios de corazón por tener salud, vida, amor. Si pudieramos vivir asi cada día seríamos felices, y ante cada dificultad veríamos el rostro de Dios y su Amor, sabríamos que hay cosas mucho peores, y que realmente somos afortunados de ser, hacer y tener todo lo que tenemos. Por eso hoy te invito a estar atentos y apreciar los detalles de la vida y las acciones que forman parte de tu vida habitual: despertar en un acogedor hogar, ir a trabajar o a estudiar, estar rodeado de personas que nos aprecian, poder respirar, poder vivir. ….
La vida es un milagro, es lo más bello que nos pudo haber pasado, sea cual sea la situación que estés atravesando en este momento, te aseguro que todo pasará. Y si no te rindes y te aferras al Señor en tu oración, El te ayudará y pondrá en tu camino a esas personas que serán fiel reflejo de Su Presencia en tu vida. Valoremos la vida en su mas mínimo detalle de cotidaneidad, en cada pequeña accion demos gracias a Dios y disfrutemos. Dios quiso que vivamos. ¡Animo y a seguir! ¡Los quiero!
No hay comentarios:
Publicar un comentario